Teoría epicúrea del placer
Epicuro abogaba por una vida de continuo placer como clave para la felicidad, pero él no urgió a sus estudiantes a embarcarse precipitadamente en una persecución interminable de la estimulación transitoria, sino más bien en la búsqueda de una saciedad perdurable; tal fue el objetivo de sus enseñanzas morales. A fin de alcanzar ese fin se debería de identificar el límite de nuestra habilidad para experimentar el placer en cualquier momento. Él estipuló que a partir de un determinado nivel máximo no es posible que el placer tenga un incremento de intensidad, este estado lo denominó Ataraxia, que significa "imperturbabilidad".
Esta es una definición importante, toda vez que la noción de placer es comúnmente concebida como la de algo que excita los sentidos, idea que muchas veces es asociada a la necesidad de incrementar los estímulos sensoriales a fin de alcanzar ese estado placentero; pero este no es el caso. Considerar esta persecución como un fin en sí mismo, por contraste, inevitablemente nos conduciría a las ansiedades de la adicción; algo muy distinto del placer. Epicuro señala : "Entre los deseos, algunos son naturales y necesarios, algunos naturales y no necesarios, y otros ni naturales ni necesarios, sólo consagrados a la opinión vana"; es entonces nuestra disposición hacia cada uno de estos casos lo que determina si estamos aptos para intensificar o minar nuestra felicidad confundiendo lo placentero con lo vano.
Estos pensamientos de Epicuro son muy adecuados a los fines de uiar nuestros pasos por los caminos del heonismo, sin dejarnos arrastrar por las tendencias de moda que confunden o pretenden confundir hedonismo con conductas consumistas vanas y pasatistas.
Hedonismo
placer
sociedad
Epicuro
Esta es una definición importante, toda vez que la noción de placer es comúnmente concebida como la de algo que excita los sentidos, idea que muchas veces es asociada a la necesidad de incrementar los estímulos sensoriales a fin de alcanzar ese estado placentero; pero este no es el caso. Considerar esta persecución como un fin en sí mismo, por contraste, inevitablemente nos conduciría a las ansiedades de la adicción; algo muy distinto del placer. Epicuro señala : "Entre los deseos, algunos son naturales y necesarios, algunos naturales y no necesarios, y otros ni naturales ni necesarios, sólo consagrados a la opinión vana"; es entonces nuestra disposición hacia cada uno de estos casos lo que determina si estamos aptos para intensificar o minar nuestra felicidad confundiendo lo placentero con lo vano.
Estos pensamientos de Epicuro son muy adecuados a los fines de uiar nuestros pasos por los caminos del heonismo, sin dejarnos arrastrar por las tendencias de moda que confunden o pretenden confundir hedonismo con conductas consumistas vanas y pasatistas.
Hedonismo
placer
sociedad
Epicuro